
Los valores en la familia remiten al
establecimiento de comportamientos y actitudes a los que se pone en un lugar de
importancia. Los mismos son inculcados por los padres a los hijos a veces de
forma explícita y a veces de forma inconsciente, a partir del ejemplo que se
brinda. Para cualquier niño esta transmisión es de enorme importancia, por lo
menos hasta que tenga edad como para decidir si los valores inculcados tienen
fundamento o no. En general, a pesar de que los valores inculcados sean puestos
en duda en el futuro, lo cierto es que los mismos sirven para generar un marco
de comprensión del mundo.
La responsabilidad principal de la
comunicación de valores en una familia corresponde a los padres. Esta
circunstancia está reconocida en tratados internacionales de gran importancia;
de hecho, está sugerida en la “Declaración de Derechos Humanos”. Así, cabe a
los padres el hecho de enseñar a sus hijos valores que consideren adecuados de
forma prioritaria. La escuela u otras instituciones educativas a lo sumo podrán
servir de auxiliares en esta tarea. Este reconocimiento hacía los padres se
debe principalmente al hecho de que son estos los que generalmente tienen el
mayor interés en el buen desarrollo del niño.
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